Compartir Cómo hacer Pizza de peperoni en sartén: el truco que amarás por la sencillez para elaborar esta receta casera

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En la vida hay muy pocas cosas que superen una rebanada de pizza recién hecha, humeante y desbordante de salsa de tomate con queso Pero hay veces en las que no queremos salir de casa, no queremos interactuar con ningún repartidor o, simplemente, preferimos optar por una versión casera mucho más sana y personalizable. Quédate, que te vamos a contar cómo hacer la mejor pizza de sartén, super crujiente y repleta de peperoni.

Cocinar nuestros platillos favoritos en casa tiene muchas ventajas: tiene un mejor sabor, podemos utilizar nuestros ingredientes favoritos y dejar fuera los que no nos gustan tanto y, sobre todo, no hay nada mejor que saborear los frutos de nuestro esfuerzo y arduo trabajo. Bueno, tal vez si existe algo mejor: compartirlo con nuestros seres queridos.

Preparar una pizza en sartén puede sonar más difícil de lo que es. Pero en realidad es una opción estupenda para no tener que utilizar el horno. Sea por la razón que sea: que hace mucho calor, que no quieres sacar todos los trastes que llevas guardando ahí desde hace meses o simplemente porque tu departamento es pequeño y no tienes horno. Aquí nadie se queda con las ganas de preparar una pizza casera.

Te recomendamos tener a la mano un rodillo ajustable para aplanar la masa, puedes encontrar este en Amazon México por 299.

También es indispensable tener un sartén amplio y antiadherente, si ya tienes uno en casa te servirá muy bien, pero si estás en busca de uno puedes considerar esta oferta de acero inoxidable en 674.

Sorpréndelos con esta receta de pizza en sartén supercrujiente, preparada con masa casera y con los ingredientes más frescos. ¡Les va a encantar! La masa queda increíble: esponjosa por dentro, pero crujiente por fuera. Además, puedes agregar todos los ingredientes que quieras: mientras más, mejor.

Comenzamos preparando nuestra masa de pizza casera. Tomamos un bowl y sobre él ponemos un colador. Tamizamos la harina dándole un par de golpecitos para que caiga. De esta forma evitaremos que se formen grumos o apelmazamientos en nuestra masa.

Añadimos la sal y mezclamos un poco para que de disperse de forma homogénea. Una vez que terminemos, formamos un hueco en el centro de la harina.

Colocamos el agua en una jarrita o vaso y la calentamos por 10 segundos en el microondas. Nuestro objetivo es que se entibie (a una temperatura de 25°C, no más de 30°C) y diluimos en ella la levadura. La revolvemos bien con ayuda de una cucharita.

En el centro del bowl vertimos el agua con levadura y también echamos el aceite. Mezclamos con un cucharón hasta que la masa haya absorbido todo el líquido.

Espolvoreamos un poco de harina (seca) en una superficie plana. Puede ser una tabla o la propia mesa de la cocina, pero asegúrate de que esté bien limpia. Ponemos la masa encima y comenzamos a amasarla con las manos. La doblamos, volteamos, separamos y volvemos a juntar. Todo hasta que adquiera una buena consistencia y deje de estar pegajosa. La devolvemos al bowl, la cubrimos con un trapo o tela de cocina y la dejamos reposar por cinco minutos. Después volvemos a amasar.

Cuando la masa haya adquirido una consistencia homogénea, la dividimos en las partes que vayamos a necesitar (o sea, el número de pizzas que quieras preparar) Aconsejamos que lo dividas en tres si la sartén que usarás es grande. Si es más pequeña, puedes dividirla en cuatro.

Colocamos cada bolita de masa en un recipiente que sea más grande que cada porción que hayas separado, para que la masa pueda crecer en su interior sin problemas y los volvemos a tapar.

Esta es la parte más tardada de todo el proceso. Tenemos que dejar fermentar nuestra masa a temperatura ambiente por al menos una hora, hasta que la masa doble su volumen.

Una vez que haya pasado el tiempo de reposo, procedemos a colocar cada porción de masa sobre un papel de horno y la estiramos con nuestras manos o un rodillo hasta que esté planita. Puedes decidir el grosor según tu gusto, si prefieres la masa gruesa o más fina, ya quedará a tu criterio. Sin embargo, siempre debes de tener en cuenta el tamaño del sartén que vas a utilizar.

Colocamos la sartén a fuego medio y colocamos la masa de pizza en la sartén. Debemos cuidar que el fuego no esté demasiado fuerte, de otra manera terminará quemando la masa. La tapamos y cocinamos por 12 minutos.

Cada cierto tiempo revisaremos que nuestra masa esté cocinándose bien: destapamos la sartén y levantamos un poco la masa con ayuda de una espátula o pala de cocina. Debe de de terminar en una especie de término medio, no debe de quedar blanca, pero tampoco debe empezar a quemarse.

La retiramos del fuego y la pasamos de nuevo al papel de horno. Le damos la vuelta.

Cubrimos la parte doradita con salsa de tomate, queso rallado, el orégano y pepperoni.

Volvemos a colocar en el sartén. Tapamos y dejamos que se cocine por otros cinco minutos.

Retiramos la tapa y seguimos cocinando por otros 5 minutos o más, hasta que la parte de abajo de la masa quede bien doradita. (A tu gusto)

Una vez que esté lista, retiramos y servimos en un plato grande. ¡Ya tenemos lista nuestra pizza en sartén! Repite el mismo proceso con el resto de las porciones de pizza o reserva para prepararte otra después. Si vas a preparar más de una, recomendamos utilizar dos sartenes a la vez.

Degusta tu pizza calentita y recién salida del sartén. Puedes acompañarla con un poco de aceite de oliva, pesto o cualquier aderezo de tu preferencia. ¡Buen provecho!

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